DE LA CALLE A LA IGLESIA: La historia de Diego Alberto Alzate
Los espectadores miraban con atención mientras un hombre de 65 años bajaba a las aguas bautismales ese domingo 23 de Julio en la iglesia de Calasanz del distrito Laureles en Medellín, Antioquia.
Días después me senté junto a don Diego un hombre que vivió más de 30 años en la calle, le pregunté por su historia y empezó a contármela.
Inicio contándome que había nacido en Medellín, y que a sus 18 años entró al mundo de las drogas, ya con 20 años fue a prestar el servicio militar y luego de eso trabajó 7 años en Coltejer y 4 años se dedicó totalmente al vicio, empezó a vivir debajo del puente del rio Medellín y allí se conoció con una mujer llamada Vicky con quien inicio un vinculo amoroso, pero esta mujer era problemática, de la calle y muy viciosa.
Después de un periodo de vivir juntos en la calle, ella quedó embarazada y tuvo un lindo bebé.
“Rompió la fuente y yo no sabía que hacer, estábamos solo los dos y salí corriendo a pedir ayuda, pero nadie me prestaba atención hasta que empezaron a acercarse las personas y un medico vino a ayudarnos, llevaron a mi mujer al hospital y ella dio a luz un bebé muy bonito. Mi hijo era gordo, rosadito y hermoso hasta las enfermeras no podían creer que un niño tan lindo había nacido de tales condiciones de vida”. Expresó Don Diego.
Este era el primer hijo de don Diego, pero no todo fue color de rosas para el niño, desde pequeñito veía como sus padres se drogaban y nunca recibió una educación por parte de ellos, lo cual lo llevó desde los 6 u 8 años tomar el mismo camino que sus padres. Empezó a fumar y hasta entró a una banda delincuencial en Catilla y a sus 14 años lo mataron.
Con ojos llenos de lágrimas Don Diego me dice “Fue mi único hijo y murió por yo no orientarlo en un mejor camino, siento culpa y dolor”.
Luego de lo sucedido Vicky, la mujer de don Diego empezó a sentirse muy mal de salud.
Sandra, una hija que Vicky había tenido en su juventud la busco y la encontró, luego la llevo al médico y allí de descubrieron que tenía cáncer en la matriz, estaba muy avanzado así que le mandaron tratamiento, le dijeron que no volviera a consumir drogas. Pero al salir de la clínica corrió hacia donde estaba don Diego su “canoso” como le decía ella, quien estaba debajo del puente.
Esa noche Vicky consumió vicio como nunca antes y empezó a sentirse muy mal, Don Diego medio drogado empezó a buscar ayuda y nadie le ayudó, corriendo desesperado regreso a su “cambuche” y la vio que estaba temblando, la abrazo y en ese instante ella murió.
“A ella la mato una sobredosis, murió en mis brazos, yo estaba medio drogado y nunca le dije cuanto la amaba” cuenta don Diego mientras se pasa una mano por sus ojos y se seca una lagrima.
Desde ese momento don Diego se entregó por completo al vicio y siguió consumiendo exageradamente.
Pasado en tiempo se mudo al parque del amor cerca de la estación Floresta,donde conoció a un amigo, Juan.
Vivía fumando todo el tiempo, pero él sabía que había un Dios en el cielo y que ese Dios le enviaba comida.
“Un día vi a un grupo de personas reunidas en el parque, allí donde yo vivía y me acerqué a ver y escuchar que hacían allí, ellos me invitaron a participar y me sentí amado por ellos, Dorcas me amó y me abrió los brazos como nadie nunca lo había hecho, me enseñaron sobre Jesús y empecé a acompañarlos en sus salidas hasta que fui a su iglesia y me gustó mucho” me cuenta Don diego mientras veo una felicidad enorme en sus ojitos.
Don diego tuvo un encuentro con una organización para salir del vicio, dejo de consumir y decidió bautizarse un domingo 23 de Julio del 2023.
El sábado siguiente de su bautismo los hermanos de iglesia lo llevaron a reencontrarse con su madre, una mujer de 92 años quien tenia 30 años sin saber de su hijo.
Tuve la oportunidad de visitar donde don Diego vive y ver que tiene una pieza muy bonita, tiene buena ropa y muchas cosas, por medio de las donaciones que ha recibido para iniciar su nueva vida.
Y el mensaje que él deja es el siguiente: “Dios puede transformar, pero necesitamos voluntad propia”.
Antes
Después
Redacción: Gina Reyes | Comunicaciones Asocentro
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